martes (Tuesday)

EXPERIMENTAR, DISFRUTAR
Y EXPRESAR A CRISTO (1) – SEMANA 9

Cristo como resurrección y grano de trigo

Versículos relacionados
Números 17:8
8 
Y al día siguiente entró Moisés en la Tienda del Testimonio; y he aquí, la vara de Aarón de la casa de Leví había reverdecido: dio brotes, echó flores y produjo almendras maduras.

Mateo 19:26
26 
Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.

Juan 11:25
25 
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá.

2 Corintios 3:5-6
no que seamos competentes por nosotros mismos para considerar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, ministros no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, mas el Espíritu vivifica.

Filipenses 1:20-21
20 
conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
21 
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

1 Pedro 5:5
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, ceñíos de humildad en el trato mutuo; porque Dios resiste a los soberbios, pero a los humildes da gracia.

Lectura relacionada
Dios les ordenó a los doce líderes que tomaran doce varas conforme a las doce tribus de Israel y las pusieran en la Tienda de Reunión delante del Arca. Luego añadió: “Y reverdecerá la vara del varón que Yo escoja” (Nm. 17:5). Una vara es un pedazo de madera; es una rama que carece de hojas y raíces … Antes recibía la savia del árbol, por lo cual podía florecer y dar fruto, pero ahora está muerta. Las doce varas carecían de hojas y de raíces, y estaban secas y muertas. La vara que reverdeciera era la que Dios había escogido. Vemos con esto que la resurrección es la base de la elección de Dios. También es la base de la autoridad. (La autoridad y la sumisión, pág. 145)

Las doce varas estuvieron una noche frente al Arca. Dios hizo que la vara de Aarón reverdeciera, floreciera y diera almendras maduras. Era una vara muerta, pero Dios infundió en ella el poder de vida … ¿Qué significaba el hecho de que la vara de Aarón reverdeciera? En primer lugar, hace que su dueño se humille. Segundo, hace callar a los dueños de las otras varas. Si tomáramos una vara seca como la de Aarón, la cual estaba muerta y no tenía posibilidad de florecer, y para nuestra sorpresa encontráramos que ha reverdecido, florecido y echado fruto en una sola noche, ¿cuál sería nuestra reacción? Confesaríamos a Dios con lágrimas, que Él lo hizo; eso que sucedió no tendría nada que ver con nosotros. Ésta sería Su gloria y no la nuestra. Espontáneamente nos humillaríamos delante de Dios. Esto es lo que Pablo quiso decir cuando dijo: “Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros” (2 Co. 4:7). Sólo los insensatos intentarían enorgullecerse. No hay duda de que una persona que ha recibido gracia de parte de Dios caería postrada delante de Él, diciendo: “Dios hizo esto. No tengo nada de qué gloriarme; todo depende de la misericordia de Dios, y no de lo que el hombre quiera o corra. No tengo nada que no haya recibido. Todo lo que tengo proviene de la elección de Dios”.

Cuando el Señor Jesús entró en Jerusalén montado en un pollino, la gente daba voces, diciendo: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (Mr. 11:9). Cuando el pollino oyó a la gente dar voces diciendo: “Hosanna”, y vio que tendían ramas delante del Señor, pudo haberse vuelto al Señor preguntándole: “¿Están gritándote a Ti o a mí?” … A menudo, muchos siervos de Dios son así de insensatos. El pollino no era diferente a los demás pollinos; la diferencia radicaba en el Señor quien lo montaba. Las alabanzas no estaban dirigidas hacia el pollino, sino hacia el Señor quien montaba al pollino … Solamente un insensato dirá que él es mejor que los demás.

El principio rector de todo servicio yace en la vara que reverdece. Dios devolvió las once varas a los líderes, pero mantuvo la vara de Aarón dentro del Arca como un memorial eterno. Esto significa que la resurrección es un principio rector eterno en el servicio que rendimos a Dios. Un siervo del Señor es uno que ha muerto y resucitado. Dios da testimonio a Su pueblo una y otra vez de que la autoridad para servir a Dios se encuentra en la resurrección, no en la persona misma. Todos los servicios rendidos al Señor deben pasar por la muerte y la resurrección antes de que sean aceptables a Dios. La resurrección significa que todo es de Dios y no de nosotros; significa que únicamente Dios es capaz y que nosotros no lo somos. La resurrección significa que todo es realizado por Dios y no por nosotros mismos … Todos los que conocen la resurrección han perdido la esperanza en sí mismos; ellos saben que no pueden lograr nada. Mientras permanezca la fuerza natural, no habrá lugar para que el poder de la resurrección se manifieste … Lo que podemos hacer pertenece a la esfera natural, y lo que nos es imposible hacer pertenece a la esfera de la resurrección. (La autoridad y la sumisión, págs. 146-148, 151)

Lectura adicional: La autoridad y la sumisión, cap. 15; Estudio-vida de Éxodo, mensajes 92 – 94

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