jueves (Thursday)

EXPERIMENTAR, DISFRUTAR
Y EXPRESAR A CRISTO (1) – SEMANA 11

En la casa del Padre:
vivir en el lugar que nos ha sido preparado
mediante la muerte y resurrección de Cristo

Versículos relacionados
Juan 14:14, 15-16, 21, 23
14 Si algo pedís en Mi nombre, Yo lo haré.
15 Si me amáis, guardaréis Mis mandamientos.
16 Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
21 El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y me manifestaré a él.
23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Juan 15:4
4 Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí.

Apocalipsis 21:2-3
2 Y vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una novia ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz que salía del trono que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él fijará Su tabernáculo con ellos; y ellos serán Sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios.

Lectura relacionada
Juan 14 revela principalmente la manera en que el Dios Triuno se imparte en nosotros a fin de que Él y nosotros, nosotros y Él, podamos ser juntamente edificados en la mezcla de la divinidad con la humanidad. Este capítulo revela que el Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— se imparte en los que creen en Jesucristo; que Dios mismo y los creyentes están siendo conjuntamente edificados, una edificación de divinidad con humanidad; que con el tiempo este edificio llegará a ser una morada mutua; y que Dios mora en el hombre y el hombre mora en Dios. Ésta es la base sobre la cual el Señor dice en 15:4: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros”. Esto es una morada mutua, pues nosotros permanecemos en Él, y Él en nosotros. (Estudio-vida de Juan, pág. 377)

En Juan 14:23 el Señor Jesús no dijo: “El Padre y Yo moraremos con él”, sino que dijo: “Vendremos a él, y haremos morada con él”. Existe una diferencia entre las expresiones morar con y hacer morada con … Decir: “El Padre y Yo vendremos a morar con él”, es correcto lingüísticamente; pero decir: “El Padre y Yo vendremos a él, y haremos morada con él”, es mucho más significativo. ¿En qué forma? En el sentido de que el Padre y el Hijo tomarán como morada al que ama a Jesús, y ese creyente será una morada para Ellos. Parece que el Señor decía: “Haremos morada con él para que él y Nosotros tengamos una morada. Él será nuestra morada y Nosotros seremos la morada suya”.

Podemos permanecer en Él, y Él en nosotros. En tal situación no hay cabida para el pecado, el mundo, Satanás, el viejo hombre ni la carne; todas estas cosas han sido ahuyentadas.

¿No ha tenido esta experiencia anteriormente? En lo más profundo de su ser tenía un aprecio muy dulce por el Señor Jesús, y usted dijo: “Señor, te amo”. Y después el Señor dijo: “Ya que me amas, Mi mandamiento es que no hagas esto o aquello”. Usted le contestó: “Amén, Señor Jesús”. Quizás dijo Amén con lágrimas en sus ojos. Inmediatamente tuvo el sentir de la manifestación del Señor dentro de usted. Usted tuvo una gran experiencia de estar en Su presencia. En ese momento tuvo el sentir de que Él lo estaba llenando de Sí mismo, y que usted estaba siendo atraído e introducido en Él. Usted permanecía en Él y Él permanecía en usted. Usted era Su morada y Él era la morada suya … Necesitamos que esta experiencia nos ocurra durante todo el día.

El Dios Triuno hace Su morada con los creyentes con el fin de edificar Su habitación. Cada vez que usted tuvo la dulce sensación de estar en la presencia del Señor y de que el Señor estaba morando en usted plenamente, percibió que amaba a todos los creyentes. En ese momento se daba cuenta de que no tenía problema con ningún creyente y que estaba listo para perdonar la falta de cualquier hermano o hermana … Eso es el deseo de ser uno con los creyentes para el edificio de Dios … La edificación de la habitación de Dios entre los hombres en la tierra hoy depende por completo de esta experiencia. Es posible que dos hermanos tengan problemas entre sí. ¿Qué puede solucionarlo? No es nada fácil. Un día ellos empiezan a amar al Señor, y tienen un profundo y dulce aprecio por Él. El Señor les da un mandamiento y ellos lo reciben; inmediatamente se encuentran en la presencia del Señor, y el problema desaparece. Ésta es la manera en que el Señor realiza Su obra divina de edificación entre nosotros. No depende de organización, reglas ni enseñanzas externas; guarda relación completamente con nuestro amor por el Señor y nuestra experiencia de Su manifestación y que Él more con nosotros. (Estudio-vida de Juan, págs. 384-385)

Lectura adicional: El cumplimiento del tabernáculo y de las ofrendas en los escritos de Juan, 36 — 45

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