EXPERIMENTAR, DISFRUTAR
Y EXPRESAR A CRISTO (1) – SEMANA 5
Disfrutar a Cristo como realidad
del jubileo neotestamentario
Versículos relacionados
Hechos 26:18
18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la autoridad de Satanás a Dios; para que reciban perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados por la fe que es en Mí.
Colosenses 1:18
18 y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la iglesia; Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia;
Filipenses 1:20
20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte.
Filipenses 4:4-7, 11-13
4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez diré: ¡Regocijaos!
5 Sea conocido de todos los hombres lo comprensivos que sois. El Señor está cerca.
6 Por nada estéis afanosos, sino en toda ocasión sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios por medio de oración y súplica, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
11 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
12 Sé estar humillado, y sé tener abundancia; en todas las cosas y en todo he aprendido el secreto, así a estar saciado como a tener hambre, así a tener abundancia como a padecer necesidad.
13 Todo lo puedo en Aquel que me fortalece con poder.
Lectura relacionada
El vivir de jubileo es una vida en la que, en vez de disfrutar otras cosas, tomamos a Dios como nuestro disfrute y solamente disfrutamos a Dios en toda situación. Esto no quiere decir que no debemos estudiar. Al contrario, debemos estudiar diligentemente. Tampoco significa que no debemos trabajar; antes bien, debemos trabajar responsablemente. Igualmente, no significa que no debemos ser padres apropiados con respecto al cuidado de nuestros hijos; más bien, debemos llevar a cabo nuestras responsabilidades como padres apropiadamente. Sin embargo, todo esto es simplemente nuestro vivir, nuestra vida humana externa, lo cual no es crucial. Lo crucial es que el factor interno y primario de nuestra vida humana sea el correcto … Debemos permitir que Dios sea el factor primario en nuestro interior. Sólo entonces sabremos cómo relacionarnos con nuestros hijos, cómo honrar a nuestros padres, cómo estudiar y cómo trabajar. Si dicho factor primario nos dirige interiormente, todo será un simple deber para nosotros, y no una carga ni una dificultad. Sin embargo, si no somos dirigidos por dicho factor primario, todo será un peso y un sufrimiento para nosotros. (El jubileo, págs. 56-57)
En cuanto a nuestra existencia, no podemos evitar tener una familia y una vida matrimonial. También estamos obligados a obtener una educación y a trabajar. Sin embargo, todas estas cosas no son nuestras cargas; por lo contrario, estas cosas operan a nuestro favor para que podamos ser perfeccionados con miras a disfrutar al Señor aún más. Esto es el vivir del jubileo. La vida de jubileo que lleva un cristiano debe ser una vida en donde se disfruta plenamente al Señor, una vida que está llena de alegría y de alabanzas. Si no podemos regocijarnos y alabar, esto comprueba que no estamos llevando una vida normal de jubileo. Ésta es la razón por la que 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Dad gracias en todo”. Esto significa dar gracias no solamente en las cosas que salen bien, sino en todas las cosas.
Si nuestro corazón está puesto en algo que no sea el Señor, esa cosa —ya sea buena o mala— se convierte en un sufrimiento para nosotros … Si nuestro corazón está puesto en cualquier persona, cosa o asunto que no sea el Señor, el final será una desgracia. Los incrédulos no tienen al Señor; ellos no han recibido al Señor como su salvación. Por lo tanto, el corazón de ellos sólo puede estar puesto en personas, cosas y asuntos. Sin embargo, ya que nosotros hemos sido salvos y tenemos al Señor como nuestro centro, debemos poner nuestro corazón en Él … Para aquellos que están sin el Señor, todo es un sufrimiento. Sean cosas malas o buenas, sea la pobreza o la riqueza, sea el hecho de ser una persona educada o no, todo es un sufrimiento. Sin embargo, cuando tenemos al Señor, Él nos salva de todos estos sufrimientos. Si tomamos al Señor como nuestro centro, podemos disfrutarlo como nuestra vida de jubileo.
El vivir del jubileo es un vivir en el disfrute que tenemos de Cristo … Todo lo que tenemos está en las manos soberanas del Señor, y todo lo que Él dispone para nosotros no puede estar equivocado … Podríamos pensar que somos lo que somos hoy en día debido a nuestro esfuerzo y lucha propias, pero debemos darnos cuenta de que, sin el arreglo soberano del Señor —no importa cuánto hayamos luchado y nos hayamos esforzado— nunca podríamos ser lo que somos … Por tanto, debemos vaciarnos de todo y decirle al Señor: “Lléname, gáname y poséeme. Señor, no importa cuáles sean las circunstancias externas, sólo deseo disfrutarte a Ti. Si estoy sano, te lo agradezco; si no lo estoy, también te lo agradezco. Si tengo hijos, te lo agradezco; y si no los tengo, también te lo agradezco”. De esta manera todo será igual para nosotros, ya sea la pobreza o la riqueza, la paz o el peligro. Por eso Pablo dijo: “Como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Fil. 1:20b). Para nosotros el vivir es Cristo, y si vivimos o morimos, Él es magnificado en nosotros todo el tiempo. De esta manera, disfrutamos a Dios y llevamos una vida de jubileo. (El jubileo, págs. 58-60)
Lectura adicional: Estudio-vida de Levítico, mensajes 56—58
Lectura adicional: (CWWL, 1984, vol. 4, “The Jubilee,” Chapter 4)
Himnos, #243
1 ¡Qué liberación me ha dado!
¡Cristo, sí, me liberó!
Quebrantado está el pecado,
¡Muerte, tu aguijón pasó!
Por Su victoria me ha hecho,
Cristo, más que vencedor.
¡En mi espíritu me infunde
Su vital resurrección!
2 Cristo a mí me ha liberado,
De la ley y su poder;
Para siempre desatado,
Por Su gracia viviré.
3 Cristo condenó el pecado,
Al Calvario lo llevó,
Ya no tiene en mí más base,
Su poder Él destruyó.
4 Cristo abolió la muerte,
Por la vida inmortal;
Él venció sus ataduras,
Con resurrección triunfal.
5 Cristo al diablo y los demonios,
Con Su muerte aplastó;
Del poder de las tinieblas
A la luz me trasladó.
6 Da Su gracia suficiente,
Y poder tan cubridor;
Aunque débil, me glorío,
En la fuerza del Señor.
Búsqueda corporativa de la Iglesia en NYC en cuanto a la verdad en el libro de Hebreos
Nivel 1—Estudio Secuencial de Hebreos
Escritura para leer y copiar: Ninguna
Lectura asignada: Ninguna
Nivel 2—Estudio temático de Hebreos
Punto Crucial: Ninguna
Lectura asignada: Ninguna
Lectura suplementaria: Ninguna
Preguntas: Ninguna
Para preguntas de estudio y materiales adicionales, por favor visita el sitio web de la iglesia en: https://www.churchinnyc.org/bible-study/