lunes (Monday)

LLEVAR UNA VIDA CRISTIANA Y UNA VIDA DE IGLESIA
BAJO EL GOBIERNO DE DIOS PARA LA ECONOMÍA DE DIOS – SEMANA 6

Ser participantes de la naturaleza divina
y el desarrollo de la vida divina
y la naturaleza divina
para obtener una rica entrada en el reino eterno

Versículos relacionados
Juan 1:12-13
12
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio autoridad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

2 Pedro 1:3
3
ya que Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, mediante el pleno conocimiento de Aquel que nos llamó por Su propia gloria y virtud,

Juan 4:24
24
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren.

1 Juan 1:1-2, 5
1
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante a la Palabra de vida
2 (y la vida fue manifestada, y hemos visto y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);
5 Y éste es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas.

1 Juan 4:8
8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

1 Juan 5:11-13
11
Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en Su Hijo.
12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
13 Estas cosas os he escrito a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.

Lectura relacionada
La naturaleza divina se refiere a lo que Dios es, es decir, las riquezas, los elementos y los constituyentes del ser mismo de Dios (Jn. 4:24; 1 Jn. 1:5; 4:8, 16). La naturaleza divina, que principalmente se refiere a la constitución de la vida divina, la constitución de Dios, se halla constituida con el Espíritu, el amor y la luz … Por ser hijos de Dios, somos Dios-hombres, nacidos de Dios, que poseen la vida y la naturaleza de Dios, y pertenecemos a la especie de Dios (3:1; Jn. 1:12-13). En nuestra regeneración, otra naturaleza nos fue impartida; ésta es la naturaleza de Dios, la naturaleza divina. Debido a que la naturaleza divina está en la vida divina, la vida divina con la cual nacimos de nuevo posee la naturaleza divina dentro de ella (3:3, 5-6, 15). Todo el que cree en el Hijo de Dios es nacido de Dios y tiene derecho a ser un hijo de Dios; por tanto, un creyente tiene derecho a participar, a disfrutar, de la naturaleza de Dios (1:12-13). (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 4119)

La mayor bendición en el universo es que podemos participar de la naturaleza de Dios … Participamos de los elementos divinos del ser de Dios … Si hemos de ser participantes de la naturaleza divina, debemos vivir por la vida divina en nuestro interior, la cual es la naturaleza divina (Jn. 1:4; 10:10; 11:25; 6:57b). Vivimos la vida divina por las promesas de Dios. A fin de que disfrutemos todo lo que Él es, Dios hará muchas cosas por nosotros en conformidad con Sus promesas … Aunque recibimos la vida divina al creer, debemos disfrutar continuamente la naturaleza divina.

Puesto que tenemos la naturaleza divina, no tenemos necesidad de normas externas que regulen nuestro peinado, vestimenta y comportamiento. Toda corrección que hagamos debe ser hecha en conformidad con la naturaleza divina en nuestro interior … Todo bebé recién nacido posee la naturaleza humana. Si bien un bebé desconoce toda norma externa, posee la naturaleza humana que regula lo que come. No es necesario enseñar a un bebé lo que es dulce y lo que es amargo, pues él ya posee la naturaleza humana con el correspondiente sentido del gusto … Nosotros [los cristianos] tenemos la naturaleza divina con un sentido del gusto divino. Tenemos que llevar una vida que corresponda con la naturaleza divina dentro de nosotros.

Puesto que tenemos la vida de Dios, también tenemos la naturaleza de Dios. El énfasis en la vida recae sobre la capacidad para vivir, y el énfasis en la naturaleza recae en la inclinación de nuestro vivir. Deseamos ser personas celestiales porque la naturaleza de Dios, la inclinación de Dios, es celestial. Deseamos ser santos porque la naturaleza e inclinación de Dios son santas. Nos sentimos incómodos cuando somos orgullosos, y nos sentimos bien cuando somos humildes porque ésta es la naturaleza de Dios y Su inclinación. Nos sentimos incómodos cuando nos aprovechamos de otros y nos sentimos felices cuando compartimos con los demás, porque ésta es la naturaleza de Dios y Su inclinación … Si comprendemos que la naturaleza divina dentro de nosotros tiene cierto gusto particular, veremos que es fácil ser liberados del mundo y no amar el pecado ni el mal. Dios está en nosotros no solamente como nuestra vida, sino también como nuestra naturaleza. Dentro de nosotros Él es la capacidad para vivir, y Él también ha llegado a ser nuestro sentido del gusto en nuestro vivir. Su vida y naturaleza en nosotros hacen que sea fácil para nosotros no amar el mundo y vencer los pecados y el mal.

La manera de agrandar la esfera de la naturaleza divina dentro de nosotros consiste en tomar la palabra de Cristo no solamente al leerla, sino también al orarla, cantarla, salmodiarla y dar gracias al Señor (Col. 3:16). Si la palabra de Cristo ha de morar ricamente en nosotros, debemos abrir todo nuestro ser y ejercitar nuestro espíritu; entonces la palabra de Cristo entrará en nosotros, nos avivará y se mezclará con nosotros, haciendo que seamos uno con el Señor de manera concreta y práctica. Como resultado de ello, la esfera de la naturaleza divina en nosotros será agrandada. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 4120-4125)

Lectura adicional: Estudio-vida de 2 Pedro, mensajes 1—4

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