lunes (Monday)

Versículos relacionados
Deuteronomio 8:8
8 tierra de trigo, de cebada, de vides, de higueras y de granados; tierra de olivos con aceite y de miel;

Colosenses 2:19
19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo, recibiendo el rico suministro y siendo entrelazado por medio de las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios.

Colosenses 1:27-28
27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
28 a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo a todo hombre;

Colosenses 2:9
9 Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

Cantares 4:3, 13
3 Tus labios son como hilo de escarlata, / y tu boca es bella; / tus mejillas, como gajos de granada / detrás de tu velo.
13 Tus renuevos son vergel de granados / con frutas escogidas; / alheña con nardo,

Lectura relacionada
Al ver una granada madura, inmediatamente nos damos cuenta de la abundancia y la belleza de la vida. Si usted disfruta a Cristo como Aquel que resucitó y si por el poder de Su resurrección vive la vida de Jesús en la tierra, sufriendo toda clase de presión, persecución, problemas y conflictos, aprehenderá la dulzura y satisfacción de Cristo en su interior y manifestará la belleza y la abundancia de la vida a los demás. Cuando otros tengan contacto con usted, sentirán la belleza de Cristo y lo atractivo que Él es, y una abundancia de vida se les impartirá a ellos. (El Cristo todo-inclusivo, pág. 63)

Cuanto más estemos dispuestos a ser restringidos y gobernados por el Señor Jesús, siendo motivados por nuestro amor por Él, más creceremos en vida, incluso en abundancia de vida. Esto indica que el reino del Hijo de Su amor tiene como fin nuestro disfrute de Cristo como vida … Cuando nos aferrábamos a nuestra filosofía, ética, ascetismo y ordenanzas, estábamos bajo la potestad de las tinieblas. No obstante, Dios nos libró de esta potestad y nos trasladó a un reino de amor, en el que abunda la vida y la luz. Estando aquí … tenemos únicamente a Cristo, el Hijo de Su amor. Aquí encontramos amor, luz y vida.

Es más fácil dar un ejemplo del reino del Hijo de Su amor, que tratar de dar una definición adecuada. Examinemos nuestra experiencia. Cuando nos dimos cuenta de que el Señor Jesús era tan amoroso y adorable, comenzamos a amarlo. A medida que amamos al Señor estamos conscientes de una dulce sensación de amor. Esta sensación de amor no sólo incluye al Señor Jesús, sino que también nos incluye a nosotros. Nos damos cuenta de que también nosotros somos objetos del amor divino, y como tales, espontáneamente empezamos a ser regidos por cierta autoridad o gobierno. Antes de amar al Señor Jesús, éramos libres para hacer lo que quisiéramos. Ahora, cuanto más decimos: “Señor Jesús, te amo”, menos libertad tenemos. Antes de amar al Señor, no sentíamos sobre nosotros ningún control ni restricción. Podíamos maltratar a otros o participar en entretenimientos mundanos sin sentir ninguna restricción interior. Pero ahora, por amar al Señor Jesús, somos gobernados por Él. Este gobierno no es severo, sino dulce y agradable … Debido a lo agradable que es el gobierno del Señor en nosotros, no nos atrevemos a decir ninguna palabra vana ni a tener ningún pensamiento que desagrade al Señor; antes bien, somos gobernados y restringidos al máximo en una dulce sensación de amor. Éste es el reino del Hijo de Su amor.

Vivir por Cristo significa no vivir por nada que no sea Cristo mismo. Si vemos lo que quiere decir vivir por Cristo, nos daremos cuenta de que muchos de nosotros todavía estamos bajo cierta especie de control establecido por el yo, un control dispuesto y llevado a cabo por el yo. Esta clase de control es la autoridad de las tinieblas. Si estamos bajo dicha autoridad, no recibiremos ninguna luz al leer la Biblia, ni tendremos las palabras adecuadas para orar. Aunque el Padre nos ha librado de la autoridad de las tinieblas, de nuestros pensamientos, emociones, preferencias y comportamiento naturales, es posible que todavía permanezcamos en algún aspecto de nuestro ser natural. Esto hace que estemos bajo la autoridad de las tinieblas. Debido a que en realidad nos hallamos bajo la autoridad y el control de las tinieblas y no nos encontramos en el reino del Hijo de Su amor de una manera práctica, disfrutamos muy poco del Cristo que es la porción de los santos.

Vivimos en el reino del Hijo y lo disfrutamos a Él en el amor del Padre cuando vivimos por el Hijo como nuestra vida en resurrección. (Estudio-vida de Colosenses, págs. 33-34, 32-34)

Lectura adicional: El Cristo todo-inclusivo, cap. 6